Las distintas notas de prensa indican que el número de manifestantes se situaba entre tres mil y cinco mil, quienes movilizados bajo la consigna "El poder que marcha: por la segunda conquista de la independencia y contra el latifundio", recorrieron un trayecto de unos cuatro kilómetros, coreando a su paso consignas como "Arriba, abajo, dependencia pa’l carajo" y "Reforma agraria, urgente y necesaria".

Al llegar a las inmediaciones del Congreso de la República, se realizó un acto en el que participaron varios oradores: uno de ellos fue el referente de la Federación Nacional Campesina (FNC), Odilón Espínola, máximo dirigente de esta federación que reúne alrededor de 270 mil familias campesinas, en su mayoría cultivadoras de algodón, quienes han sido afectadas seriamente por el avance del monocultivo de la soja.

Odilón exigió redistribuir la tierra para abordar el problema de aquellos campesinos que no la tienen, y apuntó contra los latifundistas por considerar que, además de apostar al problemático desarrollo de la soja, especulan con el valor de las propiedades.

Un capítulo importante en la protesta fueron las acciones que ha tomado en materia agraria el gobierno del presidente Fernando Lugo, quien pese a hacer de la reforma agraria uno de los pilares de su campaña, a entender de los campesinos no ha hecho nada para revertir la injusta situación del país, que sigue siendo el más desigual de América Latina en lo que refiere a distribución de la tierra.

Si bien esto fue rechazado por el gobierno de Lugo, que dijo a través del ministro secretario de la Presidencia, Miguel López, que se está haciendo “lo que se puede”, los voceros de los manifestantes vincularon directamente la actitud del gobierno con los reclamos de la protesta, y acusaron a Lugo de haber incumplido sus compromisos electorales.