McCollum, quien es además candidato a gobernador por el conservador Partido Republicano, dijo que si bien el proyecto de ley era más severo con los inmigrantes indocumentados que el de Arizona -que despertó críticas de grupos de defensa de los derechos civiles y de la propia Casa Blanca-, no tenía los elementos que habían obstaculizado la plena aplicación de aquel, dado que se había hecho un estudio minucioso para evitar que la Justicia lo rechazara de alguna forma.

Según indicó McCollum, la propuesta -que redactó en coautoría con el legislador republicano William Snyder- no habilita la posibilidad de que la policía realice perfiles raciales para detener a los inmigrantes, la cual ha sido la crítica más extendida que se le ha hecho a la ley de Arizona.

“Esta es nuestra propia ley, no la de ellos, y creo que cuando aprobemos esta ley, Arizona va a querer nuestra ley. Van a querer aprobar nuestra ley. Somos mejores, más fuertes, más resistentes y más justos”, afirmó el Fiscal General de Florida, según informó el medio estadounidense Democracy Now.

Con la legislación, se busca que el Estado de Florida -que es el que recibe la mayor cantidad de inmigración de todo el país- deje de ser un “santuario para inmigrantes ilegales”, según indicó McCollum.

Mediante la normativa que se está proponiendo, se requerirá a los inmigrantes que porten documentos, ya que de no tenerlos enfrentarán un cargo menor y una pena de hasta 20 días en prisión. A su vez, se obligará a la policía a requerir la documentación de aquellas personas a quienes se considere sospechosas de ser inmigrantes indocumentados.

Además, la ley requerirá que los negocios utilicen un registro nacional de empleados para asegurarse de que sus trabajadores son residentes legales, y considerará que aquellos inmigrantes ilegales que trabajan o buscan trabajo en Estados Unidos cometen un delito.

Varios medios de Estados Unidos indicaron que legislaciones similares están siendo examinadas en otros Estados, ya que los republicanos han captado que crece el apoyo hacia su fuerza política entre la población estadounidense al impulsar una agenda dura contra la inmigración.